Hey there peñita!!! Se comenta que en
boomdias.com es posible descargar libremente "We Hope Mella", colección de textos de Ricardo Mella Cea no compilados hasta la fecha. Dejamos bajo estas líneas un fragmento como ejemplo... Agradecemos su divulgación! Si gustan, ya saben: difundan, compartan, amen, bailen y en el hueco que les quede, por favor, no dejen de "molestar" en la medida de sus posibilidades al sistema policial-armamentístico-capitalista-neoliberal-etc- imperante. Gracias, graciñas, thank you, danke shön, obrigada, arigato, merci, eskerrik asko, graciès!! :)
Ejército y policía I
Una de las objeciones que con más frecuencia se hace al desarrollo práctico de la idea anarquista, consiste en suponer que ningún pueblo puede vivir sin ejército y sin policía. Nosotros vamos a demostrar: primero, que el ejército y la policía son un obstáculo a todo desenvolvimiento o progreso social; segundo, que los pueblos pueden pasarse sin el uno y sin la otra; y el tercero, que para afianzar la libertades públicas es necesario suprimir esas dos pretendidas instituciones.
Todos sabemos que según la supuesta ciencia política, el ejército tiene por objeto mantener la paz y defender a cada pueblo de cualquier agresión inesperada o previamente conocida. Todos sabemos asimismo que al policía existe para mantener el orden y asegurar a cada ciudadano en el servicio de sus funciones. Esto al menos dicen sus defensores y nosotros queremos aceptarlo á fin de discutir en su propio terreno. Los que nos leen comprenderán que pudiéramos muy bien demostrar ejército y policía tienen un fin distinto del que se les atribuye.
Con arreglo a lo expuesto consideramos al ejército y a la policía juntamente, como la reunión de los elementos necesarios al mantenimiento de la paz y el orden.
En primer término haremos observar que la paz y el orden existen sólo donde el ejercicio de la funciones individuales y colectivas se verifica libre y armónicamente. Para cada personalidad, cualquiera que sea su índole, la paz y el orden resultan de la libertad para producirse sin rozamientos de ninguna especie. Cuando, por el contrario, una personalidad se ve imposibilitada de realizar tal o cual propósito, ó al realizarlo tiene que vencer resistencias producidas artificialmente, el orden no existe y la paz es substituida por un estado de guerra más o menos grave.
Esto sentado, veamos cómo intervienen el ejército y la policía en la vida de los pueblos y en la vida individual.
Cuando una opinión determinada se hace plaza entre la masa general de una nación, tiende naturalmente á salir del estado, de abstracción ideal para convertirse en realidad viviente. Desde el momento que este deseo se inicia, empieza un periodo de inquietud general seguido de la lucha lenta pero constante de cada día. De un lado, la voluntad popular pretende expansionarse. De otro el orden establecido procura reprimir y reprime toda expansión que le sea contraria. El pueblo, que paga un ejército y una policía para que le asegure en el ejercicio de sus derechos y le defienda contra toda imposición, se ve inmediatamente cohibido por uno y otra y su voluntad queda nula ante la fuerza que ha creado para hacerla cumplir. Mas aún. Si el pueblo, sobreponiéndose á la resistencia, en cierto modo pasiva, de las instituciones creadas, se lanza de lleno en la vía revolucionaria y quiere realizar prácticamente sus deseos, los fusiles, los cañones y las bayonetas que paga para su defensa se vuelven contra el en defensa de aquello mismo que pretende destruir. La voluntad popular, buena para elevar al poder al que manda es nula para destituirlo. El ejército y la policía son los instrumentos de la resistencia por cuya mediación el orden se convierte en el brutal despotismo de unos pocos y la paz en el silencio mortal de un pueblo esclavo (...) en "El Productor", BCN, 11 Febrero 1892, año VI, n.º 285. Descarga completa en
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Texto por Iria Presa.